¿QUIÉN ORIENTA AL ORIENTADOR? Parte I: Aclarando conceptos



  

Orientación personal. Puede entenderse de un modo amplio, como sinónimo de orientación (en general), o de orientación educativa: «proceso de ayuda a todas las personas en todos los aspectos del desarrollo (personal, social, profesional, emocional, etc.) a lo largo de toda la vida» (Álvarez y Bisquerra, 2012, p. 17). También puede concebirse como una intervención de apoyo psicológico, para el desarrollo cognitivo, y para contribuir a revolver conflictos personales y familiares.

Orientación laboral: Proceso de ayuda y acompañamiento a las personas desempleadas (particularmente a las que se encuentran en situación de mayor dificultad de acceso al empleo) o de empleo insatisfactorio, para facilitar el desarrollo de itinerarios y competencias sociolaborales que permitan su inserción o reinserción laboral. Esta intervención se desarrolla generalmente a través de programas, y puede tener lugar en contextos ocupacionales, organizacionales y comunitarios. Forma parte de la orientación profesional, aunque actúa con un carácter más puntual y con objetivos a más corto plazo.

Orientación profesional: Proceso socio-educativo que atiende al desarrollo integral de todas las personas con la finalidad de ayudarlas a construir proyectos profesionales y vitales individuales y colectivos que permitan la adaptabilidad crítica y transformadora al contexto sociolaboral así como el desarrollo sociocomunitario (Romero Rodríguez, 2000). Actividad profesional, teóricamente fundamentada, de ayuda, estímulo y acompañamiento personalizado, que con carácter procesual y continuo, se dirige a cada persona a lo largo de su vida, en aquellos contextos donde se encuentre, para propiciar su progresiva autoorientación, a fin de que planifique y alcance el desarrollo satisfactorio de su carrera profesional y la autorrealización personal a través del trabajo (Sánchez, 2002).

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